La Mediación y el Mediador
- Óscar Domenzain González
- 7 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 7 jul 2020

La #mediación es un método voluntario y alternativo de solución de conflictos por el que las partes involucradas en una controversia buscan y construyen la solución a la misma con la asistencia de un tercero imparcial, el #mediador. A la letra de la Ley de Justicia Alternativa, prácticamente cualquier #conflicto entre particulares puede ser sometido a mediación.
Cabe destacar que en este método alterno de solución de conflictos la función del mediador es guiar a las partes para llegar a un acuerdo entre las partes que sea plenamente ejecutable al que, posteriormente, dará forma.
Pareciera a priori que la labor del mediador es algo sencilla. Sin embargo, se requieren ciertas destrezas, pues no olvidemos que los mediados, las partes en conflicto, se encuentran en la mayoría de los casos en posiciones antagónicas y hay que conducirlos con habilidad para poder lograr la finalidad común que es la solución del conflicto de forma satisfactoria para todos los involucrados.
Así, no es de extrañar que entre las cualidades y habilidades que se exija de un mediador encontremos:
Habilidades de comunicación verbal y corporal. El mediador desde la primera etapa de la mediación debe llevar a cabo una escucha activa y parafrasear lo que narra cada una de las partes, exponiendo en un lenguaje libre de expresiones agresivas y con grandes dosis de neutralidad la versión de cada uno de los mediados.
Su lenguaje corporal manifestará una actitud abierta y receptiva a cada uno de las partes y, a la postre, les transmitirá seguridad y confianza en sus habilidades como mediador.
Guía a los mediados para que logren llegar a una solución que, posteriormente, se recogerá en el acuerdo que firmarán. Por eso no hay que olvidar que en este método alternativo de solución de conflictos el mediador no resuelve sobre la controversia sino que conduce a las partes para que lleguen a un acuerdo consensuado y favorable para ambos.
En esta guía, el mediador ha de mostrar empatía con todos los implicados, entendiendo la posición de cada uno de ellos. Para ello realizará preguntas abiertas en orden a clarificar la situación y esclarecer los hechos.
Facilita la comunicación entre las partes con un talante conciliador en todo momento, manteniéndose imparcial y sin emitir juicios de valor.
Tiene un alto compromiso de confidencialidad tanto hacia las partes como hacia el asunto objeto de la controversia.
Además de estas habilidades y cualidades, el mediador en el caso específico de la Ciudad de México ha de certificarse y registrarse en el Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Con la mediación podemos conseguir excelentes resultados que ponen fin las controversias entre partes a través de un procedimiento más sencillo, más breve, más conciliador y económico que la vía judicial.
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